Usar la visualización para reducir nervios antes de una entrevista laboral

Hay indicios de que la visualización enfocada en lo sensorial (imaginar olores, colores y sensaciones) tiene casi los mismos efectos que la práctica real. Se ha comprobado con el desarrollo de masa muscular (el imaginarnos haciendo un ejercicio también desarrolla masa muscular) y se ha comprobado con el desarrollo de habilidades musicales.

Esto hace de una visualización una herramienta poderosa que se usa mucho en psicología del deporte, cuya eficacia se está estudiando en contextos laborales (aquí, por ejemplo) y que ha dado resultados en mis clientes para bajar los nervios antes de una entrevista.

Los pasos para una visualización efectiva son:

  1. Encuentra un espacio donde no tengas interrupciones, en una posición cómoda. Este ejercicio toma 15 minutos y lo puedes hacer la noche antes de la entrevista y en la mañana misma.
  2. Cuenta una historia: imagina lentamente la narrativa desde que te levantas (o regresas de comer, si es en la tarde), tu tiempo antes de la entrevista, poco antes de empezar, ¿qué estarás haciendo?, el inicio y los saludos iniciales, cómo transcurre la entrevista, hasta cómo te sientes después de cerrar la videoconferencia o salir del edificio.
  3. Involucra todos los sentidos: imagina cómo ves que entra la luz por la ventana a la hora que es tu entrevista, cómo se siente la resistencia de la pantalla de tu laptop en los dedos cuando la abres, cómo huele y sabe el café o té que te preparaste antes y los sonidos cotidianos de tu casa (sí, hasta el de los tamales o los colchones si estás en CDMX).
  4. Enfócate en lo que sí está en tu control y que deseas lograr, como: “me sentía optimista y tranquilo”, “me mantuve calmado/a” o “cuando titubeé y me trabé, supe manejarlo y la entrevista continuó muy bien”, “tenía una disposición abierta y tranquila”, “aunque me hicieron preguntas que no esperaba, pude responderlas bien”, en vez de visualizar cosas que no sabemos si van a pasar como “me dieron el trabajo”. Esto hará tu ejercicio más creíble para ti mismo y de nuevo, más poderoso para tu cerebro.
  5. Agrega algunas situaciones retadoras. El objetivo no es tanto imaginar que «te va bien» (ej. tuvieron buena reacción a mis respuestas, o cerraron con siguientes pasos muy concretos), sino imaginar que a pesar de que hubo retos y momentos difíciles, tú mantuviste la compostura, te mantenías sereno/a, supiste como reaccionar o como corregir si las cosas no iban como querías. El imaginar esta reacción tuya va a ser mucho más valioso que imaginar un outcome en particular.

Mucha suerte 🙂

Deja un comentario